lunes, 2 de diciembre de 2013

Capítulo 25. Uno la tiene a ella y otro su corazón.

(He añadido una cosa escrita en tercera persona para saber cosas que no le pasan a Gema).

"Que tu boca dice una cosa, y tu corazón otra". Gema

Lo que había pasado por la mañana me tenía tocada. No podía dejar de pensar en lo que estaría pasando en esos momentos si ninguno de los dos tuviéramos pareja... Pero la teníamos y tenía que sacármelo de la cabeza. ¿Pero cómo haces eso si él va detrás de ti y encima más gente lo sabe? Eso es imposible. La única manera de olvidarle era esperar dos semanas y todo habría acabado. Jamás volvería a verle... ni a él ni a todos los maravillosos amigos que había conocido. Tampoco quería eso. No podía estar tanto tiempo allí y no volver a verles nunca. Pero estaba muy depre para pensar cosas bonitas, de hecho estaba por la tarde tumbada en el sofá del apartamento. Entonces sonó el WhatsApp:

-Holii.
-Hola, Alex.
-¿Qué tal?
-Pues aquí. ¿Qué tal por ahí?
-Pues todo bien. Ana está genial.
-¿Sí?
-Sí. Todo va perfectamente.
-Entonces, ¿que quieres?
-Nada. ¿Qué pasa? ¿No puedo hablar con mi novia?
-Nada, nada.
-Ah vale. ¿Qué te pasa hoy? No será... ¿no será por mi culpa?
-No. ¿Por qué? ¿¡Qué has hecho!?
-Nada, nada tranquila. Pensaba que podía ser porque no hablamos mucho...
-Ah, no. Tranquilo, he hecho amigos geniales aquí que no me dejan en paz, jaja.
-Pues me alegro. Oye.
-Dime.
-Tú... sabes que te quiero mucho ¿No?
-Pues claro.
-Vale.
-¿Pasa algo?
-No... Es que estás rara hoy y... no sé... por si pensabas...
-¡No voy a cortar contigo!
-¿Cómo...?
-¿Que cómo lo he sabido? Pues igual que ahora. Te conozco porque eres mi novio y he pasado tanto tiempo contigo que eres predecible.
-Vaya párrafo, jaja. Bueno, me alegro.
-Jaja.
-En serio.
-Y yo, jaja.
-Bueno, me tengo que ir carii.
-¿Carii?
-Es que no sé cómo nos podríamos llamar.
-Pues...
-¿Ideas?
-¿Sabes en las series?
-¿El qué?
-Eso que hacen de juntar los nombres.
-Ah, ¡sí!
-Bueno, pues seríamos... ¿Gemalex?
-Sí, jaja.
-Pues, ¿qué te parece?
-Bien, bien. Adiós amor.
-Adiós♥

Me metí a twitter algo más animada y me cambié el nombre por "Gemalex". Era raro, pero era una cosa de mi chico y mía, nuestra... Al fin estaba sonriendo. Dejé el móvil y fui al baño. Me miré al espejo y me fijé en lo guapa que estaba sonriente. Hacía bastante que no estaba tan feliz. Había tenido mis buenos momentos, pero habían sido un segundo de felicidad. Nada más. ¡Podía sentirme libre! Encendí el móvil y conecté el altavoz para poner música. Empezó a sonar una de mis canciones favoritas, No sleep till Brooklyn, y empecé a hacer el loco. Pude liberarme completamente. Acabó la canción y me tiré al sofá satisfecha. El resto de canciones siguieron sonando y así pasó el resto del día. Cené con mis padres y me fui a dormir.

Al día siguiente, me levanté y salí a correr. Desde el pequeño esguince que me había hecho no había vuelto a correr. Hice la misma ruta. Me pareció bien utilizar la positividad que me invadía para hacer frente a lo que pasó y no olvidarlo, pero sí aceptarlo. Me sentía tan bien que debía de llevar una cara... Jajaja. Volví a pasar por el camino que lleva a la caseta de los socorristas y al chiringuito de los zumos y... ahí estaba Jon. Se me quitó la sonrisa, lo noté. La tirantez que llevaba de sonreir desapareció. Él se giró y cuando me vio sonrió, pero al ver que no le sonreí volvió a lo suyo. Giraba y giraba el cubito de hielo. Parecía que no le hacía efecto el tocarlo. Me había alejado unos metros y seguía mirándolo... no podía dejarlo así, así que me acerqué a él y le pedí un zumo con una sonrisa. Me miró y sonrió. Se levantó de buena gana y me preguntó:
-¿De qué lo quieres?
-Mmm... ¿qué sugieres?
-Pues... ¿qué tal de piña y fresa?
-¿Eso está bueno?
-Tú te lo bebiste muy rápido...
-¿Fue el que me diste cuando me caí?
-Exacto. Justo cuando nos conocimos.
-Si te soy sincera me lo bebí rápido porque quería irme.
-¿Sí? Nadie lo hubiera dicho.
-¿No?
-Jajaja, se te notaba mucho. Estabas muy tensa.
-Ya, fue una mala caída.
Me sirvió el zumo y se apoyó en la barra con los brazos y dijo:
-Ya, claro.
Le vi, sonreír. Sabía que él quería que lo hiciera y aunque quería no hacerlo, lo hice. Le pegué el el hombro y le dije:
-¡Sí! ¡Fue por eso!
-No me lo creo.
Los dos nos empezamos a reir.
-Pues no te lo creas pero fue por eso.
-Pues vale... ¡es que no hay quien se lo crea, jaja!
Le volví a pegar. Salió de la barra y vino a mi lado y se sentó. Le pegué esta vez sin fuerza y él sonrió.
-Fue por eso. ¿O acaso no fuiste tú el que vino corriendo para ver si podía conseguir algo?
Empezó a reirse y le tiré lo poco que me quedaba de zumo por encima. Me empecé a reir y salté de la butaca y empecé a correr. Él me siguió y me cogió por la cintura. Me dió la vuelta y me quedé mirándole. Nos reimos y le dije:
-No me sueltes.
Si se le ocurría moverse nos íbamos a caer y entonces él me dijo:
-Te diría "nunca", pero no puedo dejar pasar la oportunidad... ¡de vengarme!
Estaba convencida de que me iba a besar pero me tiró contra la arena y él se me puso encima. Me di la vuelta y le lancé arena. Se le quedó pegada por la cara porque la llevaba pegajosa por el zumo y me empecé a reir. Me dejé caer en el suelo y él me tiró arena. Me fui corriendo hasta el agua pero no entré y le lancé arena. Entonces, Jon se paró y me dijo:
-Joder, me has metido arena en el ojo...
-Perdona. ¿Estás bien?
Me acerqué y cuando estaba en frente suyo, pude ver su sonrisa. Me cogió y se tiró conmigo al agua.
-¿¡Qué haces!? ¡Voy vestida! Con el día malo que hace... ¡luego tendré frío!
-La venganza se sirve fría y... tranquila, sólo lloverá por la noche.
 Se me acercó y me cogió por la cintura.
-¿Ah sí? - le pregunté - ¿Y cómo lo sabes?
Pegó su frente con la mía y me dijo:
-Me lo ha dicho el hombre del tiempo...
Terminó la frase riendo y yo con él. Entonces, se sumergió y me sacó hacia arriba con fuerza y me soltó. Parecía que estaba saltando como un delfín. Y justo cuando caí al agua me cogió. Fue una cosa rara, pero fue muy divertido. Salimos del agua riéndonos escupiendo agua y totalmente mojados. Fuimos a la caseta de los socorristas y me dio una toalla. Me sequé un poco pero la ropa seguía igual así que le dije:
-Toma la toalla, que me voy a fiar del hombre del tiempo
Los dos nos reímos. Entonces me di cuenta. Había perdido el móvil. Recé para que no estuviera en el agua. Salí de la caseta y lo vi en la arena. Corrí hasta él. Fue un alivio. Volví a la caseta y Jon me miró extrañada. Levanté el móvil y le dije:
-Mi móvil. Lo había perdido en la arena.
-Menos mal que no se ha mojado.
-Pues sí.
-Sí...
-Bueno, me tengo que ir. Tengo... que cambiarme de ropa.
-Vale, adiós.
-Adiós.
Me recogí un mechón de pelo detrás de la oreja y salí de la caseta.

Llegué a mi casa mojada y llena de arena. Me duché y me cambié de ropa. Estaba confusa, pero feliz. Jon era genial y no quería perderlo por tener novio. Pero él tenía que entender que sólo podíamos ser amigos. Había sido genial y no había pasado nada en plan "amor". Pensé que él ya lo estaba aceptando y me gustó la idea. Salí a la galería y respiré el aire fresco y salado que venía de la playa. Al rato empezó a chispear así que entré a dentro. Me tumbé en el sofá y vi un mensaje de Jon que decía:
El hombre del tiempo se ha equivocado. Si llueve ahora... por la noche no lloverá. ¿A las 22:00 en la caseta?
No pude evitar sonreir. Y le contesté con un:
Por supuesto.
 Apagué la pantalla del móvil y lo puse en la mesilla.

Mientras tanto en la caseta...
Jon estaba recogiendo las cosas y entonces entró Unai en la caseta.
-¿Qué hay? - le preguntó Jon.
-Nada, tío. Que estaba lloviendo y yo estaba cerrando el chiringuito y al ver las luces pensaba que alguien se las había dejado encendidas.
-Ah pues no. Estoy yo jaja.
-Eso ya lo veo, jaja. Esta cayendo una buena. Mejor nos quedamos hasta que pare, ¿no?
-Por mí bien.
-Oye, hoy te he visto con Gema.
-Sí, se ha tomado un zumo.
-Bueno, se ha tomado lo que no te ha tirado por encima.
-¿Lo has visto todo, o qué?
-Tío, si hasta lo he grabado en vídeo.
-Será una broma, ¿no?
-Pues sí jajaja.
-Puff, me lo había creído, te lo juro.
-¿Y qué pasa? ¿Hay algún problema? ¡Ah claro! Se me había olvidado, tienes novia, tío.

Jon había notado la ironía, pero tenía razón.
-Oye, no. Por ahí no sigas.
-¿Por qué? Se ve que te gusta y si todos lo ven, al final tu novia se va a enterar. No hace falta que yo le enseñe nada.
-Unai...
-No, tío. Eres mi amigo, y te lo digo por tu bien.
-Mira, Gema me gusta muchísimo y no la voy a olvidar básicamente porque la veo cada día. Pero lo nuestro es imposible porque aunque yo cortara con Irantzu, ella no va a cortar con su novio. Y además, yo quiero a Iran, es genial y me quiere mucho así que no la voy a dejar por una que ni me mira.
-Te equivocas, ella te quiere, me lo confesó el otro día. Pero no va a cortar con su novio porque lo quiere. Así que lo mejor es que no os olvidéis. Que solo seáis amigos y ya está.
-Tienes razón. No hace falta que la olvide, solo que seamos amigos.
-Claro.
-Pero... una cosa. ¿Qué es eso de que hablásteis?
-Nada, que se sentía mal y hablamos.
-Ah vale...
-No te pongas celoso que ya sabes que su amor es I-M-P-O-S-I-B-L-E.
-Unai, que ya lo sé. ¿Por qué te tomas tantas molestias con...eso? Tío, no me lo puedo creer.
Jon se levanto y se acercó de frente a Unai.
-Jon, ¿qué dices?
-¡Te gusta Gema! Por Dios, ¿cómo no me he dado cuenta?
-Jon, ¿qué dices? A mi no me gusta Gema.
-¡Claro que sí! ¿O es casualidad que estuvieras mirando todo lo que hicimos?
-Jon...
-¡No me digas que es mentira porque no me lo creo!
-No te voy a decir que no. -dijo Unai sentándose. Jon se sentó a su lado. - Tienes razón... todo esto que te digo me lo repito cada mañana a mi mismo.
-Unai, lo siento, pero todo eso es cierto. Es imposible.
-Sí, lo sé. Pero lo peor es que aunque sé que es imposible, no me gusta veros juntos, no sé cómo explicarlo.
-Estás celoso.
-No solo eso. Me duele que si no tuviera novio, estaría contigo y no conmigo.
-Joder, ahora mismo me siento mal.
-No lo hagas, Gema no nos pertenece a ninguno.
Unai se levantó y salió de la caseta. Había dejado de llover pero él se iba a quedar a dormir en la caseta. Necesitaba tiempo para reflexionar. Sobre Gema, sobre Unai... y sobre Irantzu...

Continuará...


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