martes, 24 de diciembre de 2013

Capítulo 28. Nueve días.

"Más o menos, se puede decir que la sociedad es una mierda. Te juzgan por tu aspecto y olvidan lo de dentro. Todos creen que te quieren y pelean por ti. Mientras unas te envidian, tú te sientes una mierda, una maldita mierda. Y mientras, ellos destruyen su amistad a puñetazos." Gema.

Aquella charla con Unai me había refrescado la mente. ¿Por qué me daba tanto mal en hacer "lo correcto"? Había que solucionar las cosas y ya está. Era un nuevo día y... sí, quedaban nueve días para terminar con todo. Y había que acabar bien. Salí a dar un paseo. Siempre acababa paseando por la playa, claro, calles ya tenía en su ciudad, la playa era lo que no tenía. Estaba segura de que iba a echar de menos esa brisa marina...

Decidí ir a la caseta del socorrista, a ver si estaban Estitxu o Irantzu. Como ahora Estitxu era aprendiz seguramente estarían ahí. Mientras caminaba por la arena, sentía que si quería acabar bien tenía que hablar con todos, pero cómo iba a asegurar que no me odiarían. Estaba claro: Iban a odiarme. Mientras caminaba, me dio por cerrar los ojos y sentirme libre y entonces... Escuché que algo se rompía en la caseta. Abrí los ojos. Empecé a oír voces pero no las distinguía. Fui corriendo hasta la caseta, otra vez se rompió algo, abrí la puerta y... Allí estaban. Jon y Unai estaban peleándose.
-Serás... ¡yo te hablé de ella! ¡Te dije lo que sentía! - dijo Jon dándole un puñetazo a Unai.
-¡No puedo dejar de quererla porque tú la quieras! - le dijo Unai a Jon devolviendo el puñetazo.
-Te voy a... - dijeron los dos a la vez mientras se lanzaban el uno contra el otro. No podía más. Ni si quiera me habían visto abrir la puerta. No se habían parado a mirar hacia la puerta y ver mi cara de horror. No podía decir nada, mis labios temblaban y mis ojos supuraban lágrimas de dolor. De un dolor que jamás había sentido. Cerré los ojos. Tragué saliva. Los abrí. Y me lancé a separarlos.
-¡Ya vale! ¡Sois unos animales!
¿¡Gema!? - dijeron los dos.
-¿Cómo habéis podido?-preguntó Gema entre lágrimas. - ¡Sois como hermanos!
-Gemas, ¿has estado llorando?- dijo Jon.
-Gema... no pretendíamos... - dijo Unai. Gema le cortó las palabras.
-¿Qué es lo que no pretendíais? ¿Romperos algo? Porque llevabais camino de mataros a golpes.
-Gema. - dijo Jon cogiéndome el brazo.
-¡No me toques! - respondí soltándome el brazo. - Ni tú, Unai.
No se movieron.
-¿Cómo se os ocurre? ¿Es que no podíais olvidaros de mí?
Jon y Unai cambiaron la expresión de su cara.
-¡Quedan nueve días! ¡Nueve malditos días, joder...! Y no podéis dedicaros, tú a tu novia, - dije a Jon. - y tú a ayudar a tu hermano a ser socorrista. - esta vez hacia Unai. Caminé de espaldas a la puerta. - ¿No podemos pasarlo bien?

Me decidía a salir cuando, al girarme, vi a Irantzu llorando y a Estitxu tapándose la boca con las dos manos: lo había visto y oído todo.

Mi cara de asombro siguió con la mirada a Irantzu que se iba corriendo. Su figura se alejaba poco a poco por la playa.
-Iran, ¡Iran! - grité saliendo a correr detrás de ella. No lograba alcanzarla, las dos estábamos llorando y ella, se cayó  a la arena. Aproveché y corrí hasta ella.
-¿Estás bien?
-...
-Iran... no ha pasado nada.
-...
Me sentía una mierda. Una grandísima mierda. Tenía que enterarse, pero no así. Me dejé caer de rodillas a su lado y la abracé.
-Te juro por todo, que no ha pasado nada. Ya sabes que tengo novio y que no quería romper vuestra relación yo...
-Calla. Es qe yo ya lo sabía...
Me quedé sorprendida, muy sorprendida.
-¿Cómo dices?
-Que ya sabía que Jon te quería.
-¿Y eso?
Irantzu se sentó a mi lado.
-Cada vez que estabais juntos queriendo ser amigos, saltaban más chispas que cuando él y yo estábamos queriendo ser novios. Tú le quieres, pero como tienes otro novio y no querías traicionarme ni hacerme sufrir, pasaste de él. Bueno, lo intentaste. Porque cada vez que os veo...
-Iranztu, lo siento muchísimo, de verdad.
-No, tranquila. Sé que él te insistió. La única razón por la que no corté con él fue porque sabría que le iba a dar igual, y que no volvería.
-Eso no es verdad.
-Sí lo es.
-¡No! Me ha dicho un millón de veces que te quiere. Eres muy importante para él. Pero se ha enamorado de mí...
-¿Enserio?
-No es un truco, en serio.
-Pues me alegro, vaya. No lo esperaba. Aunque... ahora ya no le quiero tanto. ¿Sabes? - me dijo secándose las lágrimas. De repente empezó a reirse. - Qué alivio.
-¿Perdón?
-No tenía claro si le seguía queriendo porqe cada vez que me decía algo bonito, pensaba en ti, lo sé. Y... al menos sé que en su momento, él me quiso casi tanto como a ti ahora.
-Créme, te quiso mucho.
Las dos nos reímos y nos abrazamos. Nos levantamos y volvimos a la caseta. Jon y Unai se habían perdonado en ese rato y Estitxu, como siempre, estaba con su infantilismo repartiendo alegría. Entramos y ni nos preguntaron qué había pasado. Era un día que había que continuarlo todos juntos y felices.

Decidimos comer en la caseta. ¿Por qué no? Encargamos unas pizzas y Unai sacó bebidas que había allí mismo, en la nevera. Todos empezamos a comer y a beber y cuando menos los esperábamos, Irantzu levantó su botella y dijo:
-Quiero proponer un brindis.
Todos nos quedamos perplejos y Estitxu preguntó:
-¿Por la amitas?
-No. - dijo Irantzu. Entoces sonrió, señaló a Jon. -¡Porque hemos cortado!
Todos nos quedamos boquiabiertos. Le guiñe un ojo a Jon y todos brindamos.
-¡Por Jon y Irantzu que han roto!

El resto del día estuvimos bañándonos y bebiendo zumos en el mar. Llegó la noche y todos salieron. Todos menos Jon y yo. Él se acercó a mí y me dijo:
-Al final todo ha salido bien.
-Sí. Supongo.
-¿Supones?
-Sí... -dije mirando a la luna.
-Estás preciosa a la luz de la luna, ¿sabes?
-Gracias... - bajé la mirada. Me cogió de la barbilla y me besó. Puse mis brazos por detrás de su cuello y él los suyos sobre mi cadera. Seguimos besándonos hasta que vimos que ya iban a salir de la caseta.
-Esto... queda entre nosotros, ¿no? - me preguntó.
-Por el momento sí. -le dije.
-Te llevo a tu apartamento.
-Vale.
-No era una pregunta.
Sonreí y nos fuimos. Irantzu, Estitxu y Unai silbaban detrás de nosotros. ¿Lo habían visto? No lo sabíamos pero decidimos reírnos y dejar que ellos pensaran que los estábamos ignorando. En el portal, me dio el típico beso y nos despedimos.

Continuará...


¡Paramos por Navidad!                    FELIZ NAVIDAD A TODOS.
                                           (Y FELIZ AÑO NUEVO TAMBIÉN)

No hay comentarios:

Publicar un comentario